jueves, 23 de agosto de 2012

"Somos los que se van. El olvido no existe"


"Se canta lo que se pierde" Antonio Machado.
"Somos los que se van" Jorge Luis Borges.

No pudo ser. Te fuiste.

Pero irse, muchas veces, es el mejor modo de quedarse, ya para siempre. De ya no ser, pero estar presente. O de no estar, sino ser. Porque tu recuerdo no va a borrarse nunca.

Luchaste hasta el final por quedarte con nosotros, tu familia, que para ti era lo más importante, lo que más querías. Y nosotros, tu familia, estuvimos a tu lado hasta el final. Sé, sabemos, que te llevas todo nuestro cariño sincero, que lo percibiste y lo agradeciste cada minuto y cada segundo en los últimos momentos de tu vida.

Eras una persona buena. De ti tengo tantos recuerdos agolpados en mi memoria que me resulta imposible quedarme con uno sólo. Recuerdos de toda una vida. Recuerdos de infancia, de cuando era niño. Sin embargo, los que guardo con más cariño son los más recientes. Tu voz al teléfono para contarme qué tal te había ido el día, o para decirme que te apuntabas a comer con nosotros el fin de semana, o preguntarme qué tal estaba Paulita.

Recuerdo tu garrota, tu caminar, tus besos. Tu sonrisa. Tu mirada. Todo sigue conmigo, todo sigue con nosotros y nunca se irá.

Del mismo modo, sé que yo nunca me iré de ti, que allá donde vayas, siempre me llevarás contigo.

Me quedo con saber que te ayudé a ser un poquito más feliz en esta última etapa de tu vida, que te ayudé a que te sintieras un poquito menos sola. Y eso me da fuerzas ahora que tu marcha está tan reciente y duele cada día. Me reconforta pensar que para mí no eres sólo estas palabras que ahora te escribo, cuando ya no estás, sino que hice las cosas cuando se deben hacer: en vida.

No me había desahogado del todo hasta hoy. Ha sido esta noche, escribiéndote estas letras, cuando por fin he podido llorarte a gusto.

Allá donde estés, te mandamos el beso más enorme y sincero que te puedas imaginar.

Siempre le hablaremos de ti a Paula. Crecerá viéndote en las fotos de su blog, su pequeño rinconcito. Ella juega cada día con los juguetes que tú le regalaste y, aún, a veces, te sigue llamando: “Yaya, Yaya…” como en ese video que tanto te gustaba ver.

Para despedirme, te dejo unas palabras del maestro Borges. No encuentro mejor manera de darte, por fin, mi más alegre y sincera bienvenida. Conmigo te llevo para siempre.

 
“Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Sé que en la eternidad perdura y arde
Lo mucho y precioso que he perdido”

                         Jorge Luis Borges


Hasta siempre, Yaya. Nunca te olvidaremos.

TE QUIERO. 
TE QUEREMOS. 

Descansa en paz.




Con Paula, el día que celebramos su primer cumpleaños.


En tu casa. Siempre tenías un regalo para Paula.


Así de guapa estabas en tu último cumpleaños.


Estar con tu familia, vernos juntos, era lo que más feliz te hacía.




Te quiero. Siempre.

Somos los que se van. 
El olvido no existe.



1 comentario:

  1. Precioso hermano, como todo lo que escribes.
    Te quiero Sami.
    Te quiero Yaya.

    ResponderEliminar