Como dice su nombre, el restaurante se encuentra en una finca enorme donde las terneras están sueltas y puedes verlas mientras comes por unas cristaleras.
Se come de maravilla y el sitio es precioso. Lo pasamos muy bien y comimos fenomenal.
Dejamos unas fotografías para que se os haga la boca agua..... que rico estaba todo !!!!
Dando un paseo por el pueblo antes de ir a comer
Llegada al restaurante
Preciosa decoración
Cecina y ensalada de brotes
María se puso morada como siempre
Pulpo a la brasa
Chuleton de ternera
Solomillo para el Nono
Mousse de chocolate de postre
María no puso más y se quedó frita en un sofá muy cómodo que había