Un año más, fuimos a Botín a celebrar nuestro aniversario. Nos encanta el restaurante (es el más antiguo del mundo) y acudimos siempre que la vida nos deja.
Botín, para nosotros, tiene un significado especial, ya que fue allí donde celebramos el convite de nuestra boda.
Botín, aparte, para mí, tiene un encanto especial. Me resulta mágico.
La pequeña Paula ya puede presumir no sólo de haber estado en Botín con sólo 2 meses de vida, sino de haber comido en Botín !!! porque ella también comió en Botín, y si no, aquí están las fotos.
En la entrada de Botín
Paula ya acoplada, lista para comer. Riendo y diciendo "ajos"
Paula en brazos de Mamá
Papá brindando, los viejos rockeros nunca mueren...
Pichón pasándoselo bomba
¡¡¡ PAULA COMIENDO EN BOTÍN !!!
Papá también sabe darle el biberón, eh???
Y antes de irnos, la foto final, junto al horno de leña de Botín.
HASTA PRONTO, BOTÍN. VOLVEREMOS A ENCONTRARNOS
Os aviso antes de que sea tarde, la estáis maleducando. Vosotros veréis, mira que empezar con dos meses a comer en Botín. ¿Qué será lo siguiente?...
ResponderEliminarLuego llegarán las lamentaciones.
;)
Un beso.
Estáis muy guapos los tres, supongo que os pondríais las botas con la comida, anda dadnos un poco de envidia y contadnos el menú.
ResponderEliminarLa pobre Paula, de momento, sigue con sus bibes y su teta, pero ya veréis al año que viene, será la primera de la mesa para empezar a picar...
Felicidades otra vez.
Un beso para todos, familia.
Es que como Paula es muy de salir, que quedarse en casa no le gusta nada, nos la tuvimos que llevar, y ahí estaba ella en Botín, toda chula, fardando de restaurante...
ResponderEliminarEn Botín siempre solemos pedir lo mismo, un par de entrantes (gambas al ajillo y almejas Botín) y luego una pierna de cordero y un cochinillo de la parte del jamón. Todo ello aderezado, claro está, con una sangría, tarta y sorbete de limón, y unos licorcitos para la buena digestión.
Ese día no sabíamos nada de dietas...