Y llegó Halloween, y se disfrazaron las dos de brujitas.... de brujas pirujas, como dice Paula.
Fuimos a pedir caramelos a casa del tío y de los abuelos, que además habían decorado la casa para la ocasión.
Por la calle nos cruzamos con muchas otras brujas... zombies y demás monstruos que por supuesto daban mucho miedo.
Dejamos unas fotos para que veáis lo guapas que iban las dos y lo bien que lo pasamos.
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