Hace un par de semanas, Paula y yo decidimos hacer una visita a la Yaya. La mujer está sola todo el día y agradece mucho que vayan a verla, así que allí nos plantamos Paula y papá para hacerle pasar a la Yaya una agradable tarde. Allí estuvimos entretenidos los tres.
Esperamos que lo pasaras muy bien con nosotros, Yaya. ¡Te queremos!
Paula y la Yaya jugando...
La Yaya con su biznieta en brazos...
De nuevo jugando las dos...
Hasta que Paula cenó y le entró el sueño... y miren cómo se quedó...
Parece un carnerito...
Cuanto me alegro que hicierais pasar un buen día a la yaya, al menos de vez en cuando está acompañada.
ResponderEliminarA todos nos gustará estar acompañados cuando seamos viejitos y no podamos casi caminar, lástima que a algunos les cueste tanto darse cuenta de que nuestros mayores necesitan compañía.
Un beso para todos.